Una de las ideas centrales de Alfons Cornella, en su conferencia sobre co-innovación y desarrollo empresarial en la Confederación de Empresarios de Navarra, hacía referencia a la colaboración entre empresas y start-ups. Según Cornella, hasta ahora, la relación de las empresas con las start-ups ha sido asimétrica, puesto que ha predominado el discurso “yo tengo dinero y tú no” de la firma consolidada. Sin embargo, es hora de inventar otra forma de relacionarse y pasar a una posición más “entre iguales”, en donde el discurso principal sea “tú tienes una idea, yo tengo mercados”. De esta forma, muchas start-ups tendrían más garantías de éxito porque, hoy en día, crear mercado es muy costoso. Por ello, la solución para una start-up pasa por acercarse a una empresa grande que tiene mercado pero que está carente de ideas.
Existen muchos ejemplos de co-innovación entre empresas de sectores muy diversos que, posiblemente, como ocurre con muchas colaboraciones empresariales, habían surgido por casualidad. Alfons Cornella, a través de su empresa Co-Society, lo que busca es sistematizar la colaboración para la innovación entre las empresas a través de proyectos comunes. Para ello, lo que hacen es crear unas condiciones mínimas para que las empresas puedan hacer proyectos juntas. Esto lo consiguen a través de cuatro acciones fundamentales:
1. Identificar de los activos de valor
La primera es la identificación de aquellos activos de valor de los que no son conscientes las empresas. Hay que descubrir qué tienen esas compañías más allá de lo que saben. Por ello, es importante hacer “la lectura de los intangibles de las empresas”. Si una empresa quiere hacer co-innovación, tienen que olvidarse de vender su producto y descubrir cuál es el activo común con la otra firma y cómo pueden desarrollarlo.
2. Inspirar con lo que ocurre en el mundo
Muchos proyectos de co-innovación surgen de ver algo en el mundo que es inspirador. Es fundamental estar al día de las oportunidades globales, ya que mucha co-innovación aflora a partir de ver ejemplos que tienen lugar en otras partes del mundo.
3. Establecer herramientas de interacción
La tercera acción es crear software o herramientas de interacción para que las empresas combinen sus capacidades y las posibilidades de hacer algo juntas.
4. Generar mesas de oportunidades
La última acción es facilitar que ocurra una combinación entre las diferentes firmas a través de mostrar una evidencia, como por ejemplo, que ambas compañías tengan el mismo mercado. Una acción efectiva es generar mesas de oportunidades, es decir, poner a empresas juntas a hablar, pero con alguna idea para que las distintas partes exploren hasta qué punto esa propuesta les parece interesante y la consideran una verdadera oportunidad. Así es como comienzan a producirse potenciales colaboraciones.
Sin embargo, para que todo este proceso llegue a buen puerto, es necesario crear mecanismos de financiación para los prototipos. Cuando dos empresas encuentran una idea de un proyecto, muchas veces les cuesta hacerlo porque no es fácil encontrar dinero para crear un prototipo. Aquí es donde podría jugar un papel muy importante la Administración Pública, a través de subvenciones para la puesta en marcha de proyectos co-innovadores.
Ahora te invito a reflexionar:
¿Crees que este método de co-innovación sería beneficioso para tu empresa? ¿Por qué sí o por qué no? Te invito a que lo cuentes dejando un comentario.
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