La fábula de la vaca: una historia sobre cómo prosperar en la vida

he matado a mi vaca

En un evento para emprendedores en Madrid, conocí a un empleado de una gran empresa multinacional que me contó la fábula de la vaca. Esta historia trata de cómo superar el conformismo y prosperar en la vida. 

Hace muchos años, en el lejano Oriente, había un maestro que se encontraba de viaje con su joven discípulo. Día a día, el maestro iba enseñando pequeñas lecciones al muchacho, transmitiendo así su sabiduría sobre cómo conseguir una vida próspera.

Un día, llegaron a la aldea más pobre de la comarca, donde encontraron la casa más pequeña y humilde de todas. Allí vivía un matrimonio con sus cinco hijos y otro en camino. Vestían con ropajes viejos, llenos de remiendos y desprendían mal olor por la falta de higiene. El maestro decidió preguntar a sus dueños si podían darles cobijo esa noche. La pareja accedió y les invitaron a pasar. El interior de la chabola era oscuro y polvoriento. Las paredes estaban llenas de grietas y parecía que el techo iba a venirse abajo en cualquier momento.

A pesar de la pobreza que tenía aquella familia, descubrieron que tenían una gran posesión con la que salían adelante: una vaca lechera. Era su único bien de valor. Toda su vida giraba en torno a ella, puesto que era la que les proveía el sustento.

Poco antes del amanecer, el maestro despertó a su aprendiz y le dijo: “Vamos. Es hora de irnos”. Cuando salieron de la ruinosa vivienda, el maestro dijo: “Acompáñame. Vas a aprender una gran lección”. Ante el asombro del chico, el viejo sacó su cuchillo y degolló a la vaca que se encontraba amarrada con una cuerda detrás de la casa. Sin entender nada, el discípulo preguntó a su maestro por qué había hecho algo tan cruel quitando la vida al animal y dejando a aquella paupérrima familia en la miseria. Sin dar respuesta, el anciano se puso en marcha y el joven le siguió con una gran tristeza y desconcierto. ¿Qué sería de aquella pobre gente ahora que no tenían la vaca?

Al cabo de un año, el maestro volvió a llevar a su aprendiz a aquella aldea. En lugar de la casa más pobre del poblado, se encontraron con una vivienda nueva y mayor que la anterior. Decidieron llamar a la puerta para preguntar qué había pasado con la familia que vivía en aquel lugar hace un año. Para sorpresa del chico, abrió la puerta la mujer que les había acogido el pasado año. Su aspecto era espectacular. Vestía ropa nueva y su piel lucía limpia, sin impurezas. El muchacho sonrió aliviado y preguntó qué había pasado para que hubieran prosperado tanto en tan poco tiempo. El marido de aquella mujer salió a la puerta y saludó con alegría al reconocer a los dos viajeros. La mujer narró la historia de cómo el mismo día en que ellos partieron, alguien había degollado a su vaca. Tras pasar momentos de profunda angustia y ansiedad ante la incertidumbre de cómo iban a sobrevivir sin su apreciado animal, decidieron arreglar las tierras que tenían detrás de su vivienda y sembrarlas para obtener alimento. Comenzaron a cosechar más productos de los que conseguían consumir. Así que decidieron vender sus excedentes y empezaron a obtener dinero con el que comprar ropa nueva y reformar su casa, hasta el punto de poder ampliarla, vivir más cómodamente y con más lujos.

Tras despedirse de aquel matrimonio, el maestro preguntó a su joven discípulo: “¿Crees que de no haber muerto la vaca esta familia hubiera prosperado tanto en el último año?”

De este modo, el chico entendió la importancia de librarnos de las ataduras que nos aportan seguridad y nos impiden desarrollar todo nuestro potencial.

Hay veces en las que tenemos tanto apego a aquello que nos hace sentir cierta seguridad que no nos permite desarrollar todo nuestro potencial en aquello que mejor sabemos hacer. Luchar contra nuestro conformismo y salir de nuestra zona de confort nos asusta y nos cuesta. Preferimos aferrarnos a la comodidad de una vida sin ilusiones que arriesgarnos a probar suerte con algo que nos ilusione de verdad.

Te invito a que reflexiones sobre las siguientes cuestiones:

¿Qué puede suponer en tu vida no salir de tu zona de seguridad y confort?

¿Qué podrías conseguir si lo hicieras?

Todos tenemos una vaca en nuestra vida que nos limita, nos hace buscar excusas que justifiquen por qué no estamos haciendo lo que nos gustaría hacer. ¿Cuál es la tuya?

Si te ha inspirado esta historia, te invito a que la compartas y con ella consigas inspirar a más gente.

¡Gracias por haberte pasado por aquí!

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