entrevista de trabajo

¿Hay vida después de la entrevista?

RETO Búsqueda de empleo en equipo. Día 29.

La respuesta es ¡sí! De hecho, en esos momentos, es vital recordar a quienes te entrevistaron que existes. Una de las costumbres que he tenido tras realizar una entrevista laboral ha sido ponerme de nuevo en contacto con los responsables del proceso de selección. ¿Siempre? No. Sólo cuando el trabajo me interesaba y sentía que la entrevista había ido bien.

En redes sociales como LinkedIn, he leído que algunos reclutadores no se sienten muy a gusto si les llamas para hacer seguimiento de la entrevista, porque lo consideran como una práctica “invasiva”. Sin embargo, hay otros que han dado el puesto vacante justo a la persona que llamó y se interesó por el puesto tras realizar la entrevista. Así que acertar no es fácil. Al menos, queda la opción de escribir un correo electrónico.

No pierdas la oportunidad de que te recuerden y sumar algún punto extra a tu candidatura. Si no tienes muy claro qué decir en esa llamada o qué mensaje redactar para enviar el email, escríbeme, que puedo ayudarte con ello. No permitas que esas dudas te paralicen, porque tu próximo reto laboral está muy cerca.

Espero que te haya servido este consejo y si conoces a alguien que pueda necesitar leer estas líneas, te animo a que compartas el post. Tratemos así de ayudarnos entre todos 🙂

11 consejos sobre cómo comportarse en la entrevista de trabajo

RETO Búsqueda de empleo en equipo. Día 28.

En el reto de búsqueda de empleo seguimos trabajando en la preparación de las entrevistas. Hoy toca el tema de cómo comportarse durante el momento más crítico del proceso de selección. El mayor consejo que puedo darte es sé tú misma. O tú mismo. Sí, ya sé que habrás leído por ahí que es el peor consejo de autoayuda que pueden darte, pero de verdad te digo que, si no te muestras como eres en la entrevista laboral y te seleccionan, pronto descubrirán tu “yo” verdadero y se replantearán muchas cosas sobre ti.

La autenticidad debe ir siempre por delante. Eres una persona única, con una formación y experiencia que te diferencia del resto y estás ahí porque realmente les interesa comprobar que eres la persona que buscan. Muéstrate como eres, siente orgullo por tus logros, tu experiencia y aprendizaje. Todo lo que te ha pasado en la vida, para bien y para mal, ha sido necesario para que estés presente en esa compañía. Ahora que ya tienes esto claro, te voy a hablar de los típicos consejos que habrás leído por ahí hasta la saciedad sobre qué aspectos debes tener en cuenta durante el desarrollo de la entrevista de trabajo:

  • Saludo. La verdad es que saludar de la forma adecuada es importante, pero nadie te va a descartar o seleccionar por lo bien que se te dé estrechar la mano. De hecho, ahora mismo hasta nos lo ahorramos con el tema del Covid-19 y la distancia social.
  • Rompe el hielo. De camino al despacho o al lugar donde tendrá lugar la entrevista, puedes hablar de un tema cotidiano para relajar el ambiente y enfatizar con las personas que van a realizar la entrevista. Utiliza temas fuera de polémica. Hablar del tiempo es siempre recurrente, pero muy típico. Así que si quieres destacar y no ser el típico candidato, piensa un poco qué puedes decir. Ante la duda, no digas nada.
  • Sonrisa. Cuando la semana pasada estuve de compras haciendo de estilista de mis padres, leí en una camiseta la frase de “your smile is your superpower”. La verdad es que la sonrisa es más poderosa de lo que muchos imaginan. Una sonrisa sincera irradia amabilidad, disminuye el estrés y la tensión. Pero tampoco se trata de que estés todo el rato sonriendo…
  • Contacto visual. Cuando hablas te gusta que te miren y presten atención, ¿verdad? Pues te cuento un secreto: al entrevistador le pasa lo mismo. Así que mantén el contacto visual con las personas que te entrevisten. Desviar la mirada puede generar una sensación de desinterés, incomodidad y desconfianza.
  • Escucha activa. No interrumpas cuando la otra persona hable y muestra con gestos que sigues la explicación y entiendes lo que te están comentando. Durante la entrevista, puedes hacer referencias a algo que te han mencionado para demostrar, de esta manera, que has atendido y comprendido lo que te han contado anteriormente.
  • Rapport*. Adaptar nuestra postura, gestos y tono de voz al de la persona que nos entrevista va a contribuir a generar un clima de confianza.
  • Respeto y humildad. Habla con seguridad de lo que sabes, pero sé humilde y reconoce que no sabes todo de todo. Evita discutir con las personas que te entrevistan. Si no hay algo en lo que estás de acuerdo, puedes expresar por qué y contar tu experiencia personal, pero siempre de forma educada, no te pongas a la defensiva y respeta el punto de vista de la otra persona.
  • Positivismo y entusiasmo. Tu actitud marcará la diferencia. Las organizaciones buscan gente que brille, que sea positiva, entusiasta, capaz de superarse y tenga ilusión por trabajar en eso que le apasiona.
  • Pregunta. Puedes llevar preguntas anotadas y tomar notas durante la entrevista. De este modo, el entrevistador sabrá que sigues sus explicaciones y que te interesa lo que te cuenta. Quien no pregunta puede dar una sensación de desinterés por la vacante o, peor aún, de sabelotodo.
  • Da las gracias. Agradece el tiempo que te han dedicado en la entrevista y despídete de forma cordial, humilde y respetuosa.

Espero que estos consejos te hayan servido. Si consideras que necesitas una mano que te ayude a conseguir ese trabajo que estás deseando, envíame un mensaje, que seguro que puedo ayudarte. ¡Hasta mañana!

*Rapport: técnica que busca la sintonía con quien nos entrevista. En otras palabras, persigue que nuestro interlocutor se encuentre a gusto con nosotros porque se ha creado un ambiente agradable y de confianza que posibilita la escucha activa y el entendimiento de las partes. Para lograrlo, podemos imitar el lenguaje no verbal de la persona con la que hablamos. Recuerda hacerlo de forma discreta y no copiar descaradamente todos los gestos. De lo contrario, podrán darse cuenta de que estás empleando este recurso.

¿Qué es ser puntual?

RETO Búsqueda de empleo en equipo. Día 27.

Como ya sabes, las entrevistas de trabajo realmente no me han llegado a gustar nunca. Durante mucho tiempo, las entendí como un examen y un momento incómodo en el que tener que hablar de mi vida profesional y, mucho más frecuentemente de lo que me hubiera gustado, también de mi vida privada.

Trataba de cuidarme al máximo para el día de la entrevista: dormir un mínimo de 7 horas para descansar bien, cuidar mi higiene, hidratar bien mi piel (incluida la de mis manos) y lucir un aspecto natural, tanto con el maquillaje, como con el peinado. Después, me vestía eligiendo entre las mejores prendas de mi armario y salía de casa con la antelación suficiente para ser puntual. Sin embargo, no siempre llegar con la suficiente antelación me ha facilitado las cosas. Te cuento…

En una ocasión, llegué al lugar de la entrevista quince minutos antes de la hora pactada. Eran las oficinas de una empresa que se encargaba de reclutar a profesionales para las empresas de sus clientes. La puerta estaba cerrada y, a pesar de llamar al timbre, no abría nadie.

A los cinco minutos, apareció por el pasillo caminando apresuradamente el joven que tenía que entrevistarme. Me recordó al conejo del cuento de Alicia en el País de las Maravillas. Nos saludamos y mencionó lo temprano que había llegado. ¿¡Temprano!? Me pareció curioso porque tan sólo faltaban diez minutos para que el reloj marcara la hora acordada. Entendí que el concepto del tiempo es muy relativo y que no todo el mundo entiende la puntualidad igual.  

Creo que esto le causó algo de estrés y, en cierto modo, se vio después en su llegada a la oficina (donde me sorprendió que no hubiera nadie). Vamos, que si hubiera tenido que ser yo la persona que tenía que haber hecho la entrevista, al menos hubiera estado allí media hora antes para organizarme. Además, creo que ese estrés también se reflejó después en nuestro encuentro. De hecho, recuerdo aquella como una de las entrevistas con mayor carga agresiva por parte del entrevistador que he tenido jamás. Le notaba totalmente descentrado y me interrumpía de forma brusca constantemente. Me pregunto si aquella entrevista se hubiera desarrollado de forma más distendida si aquel día hubiera llegado tan sólo cinco minutos antes.

El día del cara a cara en el proceso de selección nunca sabes de qué pie va a cojear el profesional que te entreviste, así que intenta relajarte para mantener los nervios y la confianza en ti mientras dure la entrevista. Piensa que si te han llamado es porque realmente están interesados en que trabajes con ellos, así que confía en lo que vales y muestra tu seguridad en las respuestas.

Mañana continuaremos con más consejos para aplicar durante la entrevista de selección.

¡Hasta mañana!

Cuanto más practico, más suerte tengo

RETO Búsqueda de empleo en equipo. Día 26.

Ya lo dijo Gary Player, uno de los jugadores de golf más grandes de la historia: “cuanto más practico, más suerte tengo”. Puedes tener talento en algo, pero cuantas más horas dediques a una actividad, mejor la desarrollarás.

Esto lo tengo yo más que comprobado con cualquier reto que me planteo en la vida. Por ejemplo, con el aprendizaje de idiomas: cuanto más hablo un idioma, más lo escucho, más lo leo… mejor comprensión tengo de esa lengua. También lo he experimentado con la cocina: cuanto más cocino y más recetas pruebo a hacer, mejor me van saliendo los platos. Como todo en la vida, si además realizas todas esas actividades con motivación, ganas y pasión, más rápido experimentarás el aprendizaje y la mejora.

En la búsqueda de empleo es igual, sobre todo en las entrevistas de trabajo. Así que si te sale la oportunidad de ir a alguna, aunque no te interese mucho el puesto ofertado, mi consejo es que acudas. Te servirá de “entrenamiento” para cuando tengas que enfrentarte a la entrevista de la gran oportunidad de tu vida.

Practica, practica, practica y… ¡buena suerte!

Preguntas prohibidas en las entrevistas de trabajo

RETO Búsqueda de empleo en equipo. Día 25.

Si ayer te hablé de preguntas surrealistas en una entrevista de trabajo, hoy vengo a contarte que hay preguntas que no deberían realizarse. Te daré una pista: son de ese tipo de «perlas» que suelen salir de la boca de los entrevistadores, cuestiones que hacen sentir una incomodidad especial porque vulneran derechos y principios. Por ello, siempre digo que si en una entrevista de trabajo no te sientes a gusto, si no percibes buenas vibraciones y si lo que te cuentan no te convence, lo mejor es abandonar el proceso de selección o rechazar la oferta si te escogieran.

Seguro que te vienen a la mente un par de ejemplos de esas preguntas que considero que nunca deberían realizarse a pesar de que son bastante habituales, sobre todo cuando se presentan mujeres al proceso de selección. Yo te voy a hablar de preguntas que me han realizado en las entrevistas en las que he participado.

Un grupo importante de ese tipo de cuestiones suele ser el que vulnera el derecho a la intimidad:

“¿Cuál es tu estado civil?”. Esto no debería ponerse ni en el currículum.

“¿Con quién vives?”. ¿Entiendes ahora por qué he odiado siempre tanto las entrevistas de trabajo? Cuando me hacían una pregunta así, me daban ganas de sacar mi lado borde y decir “y a ti qué te importa”.

“¿Tienes pareja?”. Y quién es él, en qué lugar se enamoró de ti. Like si lo has leído cantando.

“¿A qué se dedica tu pareja?”. Ya me diréis qué necesidad podía tener una de las grandes farmacéuticas de nuestro país en saber a qué se dedicaba mi novio.  

Otro grupo muy frecuente de preguntas realmente incómodas son aquellas que vulneran el principio de igualdad entre hombres y mujeres:

“¿Tienes hijos?”. Tengo una amiga que ante esta pregunta fue muy sincera y respondió sonriendo: “Tengo un perro”.

O peor aún… “¿Tienes cargas familiares?”. ¡Cargas! ¿Acaso es lo que fuiste tú para tus padres? ¿Una carga?

“¿Tienes intención de formar una familia?”. ¡Qué peligrosa e inapropiada puede ser una pregunta como esta! Dan ganas de responder: “La verdad es que la tenía, pero he descubierto que no puedo tener hijos” o algo por el estilo para que la persona que te entrevista se sienta mal y se le quiten las ganas de preguntar estas cosas.

El tercer y último grupo de preguntas que considero que no deberían hacerse son aquellas que suponen una vulneración por discriminación:

“¿Me podrías decir tu edad?”. Qué ganas dan de contestar: “¿cuántos años me echas?”. Cuando veo First Dates*, me vengo arriba porque me parece que me conservo mucho mejor que la media. Luego pienso en que la gente que va a esos programas miente más que habla y se me pasa.

“¿Dónde naciste?, ¿de dónde eres?”. Ojalá tuviera una vida interesante en la que explicar que nací en México, pero que a los 4 años mi familia se fue a vivir a los Estados Unidos, a los 10 años nos fuimos a Francia y a los 18 ya vine a cursar mis estudios universitarios a España.

“¿De dónde son tus padres?”. ¡Por el amor de Dios! Qué ganas de contestar algo como: “Seguro que este dato es muy útil cuando buscáis a un candidato para trabajar en esta compañía”.

Si vas a una entrevista de trabajo y te encuentras con este tipo de cuestiones, respira hondo y piensa bien qué vas a contestar, sobre todo si el trabajo que se oferta te ilusiona y la empresa te gusta. Quizá has tenido la mala suerte de topar con un ser raro de esos que trabajan en “recursos humanos”.

*First Dates: programa de TV originario de España en el que dos desconocidos variopintos tienen una cita en un restaurante y al final del encuentro deben decidir si quieren volver a verse.

Preguntas raras, extrañas, surrealistas y fuera de lugar en las entrevistas de trabajo

RETO Búsqueda de empleo en equipo. Día 24.

Siempre he llevado muy mal que me pregunten por mi vida. Así, en general. Me gusta ser dueña de mi intimidad, de “mis cosas” y no tener que dar explicaciones a nadie. Eso lo sabían bien mis padres y, por eso, evitaron en la medida de lo posible hacerme interrogatorios. Por ello, como te puedes imaginar, siempre he odiado las entrevistas de trabajo.

Cada vez que me llamaban para hacerme una entrevista, me ponía ansiosa más que alegre. Para mí era una especie de tortura en la que se me obligaba a contar muchas cosas de mi vida profesional y también, la gran mayoría de las veces, de mi vida personal. Vamos, casi siempre. Nunca he entendido por qué esa fijación por realizar cuestiones sobre la vida privada… ¡y más si eres mujer! ¿Qué pasa? ¿La familia es exclusivamente responsabilidad de las mujeres? ¿La familia tiene que ser una “carga” en tu vida? ¿No puede ser más feliz aquel que tiene pareja o una familia de la que encargarse y querer trabajar para darle lo mejor? Parece mentira que vivamos ya en pleno siglo XXI para que se hagan este tipo de preguntas tan fuera de lugar. Pfffffff… Como este tema me enciende y no quiero extenderme más de lo necesario, me voy a centrar ya en las otras preguntas de las que quería hablarte: las preguntas raras, extrañas y surrealistas que suelen hacerse en las entrevistas de trabajo.

Recuerdo que en la época en la que vivía en Madrid (justo antes de la crisis de 2008), me resultaba muy sencillo conseguir que me llamaran para participar en procesos de selección. En uno de ellos, me preguntaron sobre mi signo del zodiaco y te juro que aquel señor no se parecía lo más mínimo a Rappel.

Años más tarde, en mi ciudad natal, dos mujeres subieron tanto el listón que tan sólo sería capaz de saltarlo la mismísima Ruth Beitia. Me preguntaron por mi fecha de nacimiento y ¡la hora a la que nací! Les daba igual lo que pusiera en mi currículum. Esos datos eran todo lo que querían saber para averiguar mi compatibilidad con ellas por temas de carta astral o algo así. Verídico. Aunque no fui capaz de dar toda la información, terminaron llamándome para hacerme una propuesta que finalmente decliné.

En otra ocasión, para un puesto de administrativa de comercio exterior, me preguntaron por mi color favorito. En la misma entrevista, se interesaron después por mi árbol preferido. No entiendo muy bien qué tipo de perfil psicológico querían buscar con semejantes preguntas, pero esto es lo que me encontré. Eso sí, después de participar en dos entrevistas en aquel proceso de selección ni me llamaron. Me enteré de que habían seleccionado a otra persona porque les contacté yo misma para interesarme.

Hablando de este tema de las preguntas en las entrevistas de trabajo, una de las personas del equipo de búsqueda de empleo en 30 días nos ha contado que se quedó alucinada cuando le preguntaron por el tema de tatuajes y piercings. ¿En serio? ¿Pero de dónde salen las personas que preguntan estas cosas? ¿Y qué tendrá que ver eso con lo preparado que uno esté para desempeñar un puesto de trabajo? Da igual que el trabajo sea de cara al público, ¡ahora los raritos somos los que no tenemos al menos un tattoo decorando nuestra piel!

¿Cuál ha sido la pregunta más inverosímil que te han formulado en una entrevista? Sí, esa que cuando la escuchaste pensaste: “no me pueden estar preguntando esto a mí”. Me encantaría que me dejaras un comentario y lo compartieras. Así, puedes contribuir a que más gente esté más tranquila por no ser la única persona a la que le pasan cosas surrealistas incluso en los procesos de selección. Al menos, a mí me tranquilizará saberlo 😉

Plantéate como una cita la entrevista de trabajo

RETO Búsqueda de empleo en equipo. Día 23.

Uno de los errores que cometí en mi vida profesional fue comenzar a trabajar sin tener foco. Me explico: una vez que terminé los estudios, no me planteé en serio qué quería hacer. No reflexioné sobre qué me motivaba y en qué empresas quería trabajar. En el fondo sí que lo sabía, pero me puse mis propios límites y me convencí de que la creatividad publicitaria no era para mí. Eso me hizo aceptar empleos en departamentos comerciales en lugares donde no conseguía ser feliz con lo que hacía.

Trabajé para empresas que no me llenaban no sólo por el tipo de tareas que desempeñaba sino, sobre todo, porque no compartía con ellas un propósito, una misión, una visión y unos valores. En la mayoría de los casos, tan sólo eran empresas que pretendían única y exclusivamente ganar dinero para los socios. Por eso, cuando busques tu próximo reto laboral, es importante que tengas presente este tipo de cuestiones. Hazte ese favor y no caigas en la trampa en la que caí yo.

Buscar el trabajo que de verdad quieres debe ser como buscar a esa persona con la que deseas hacer planes de futuro. Si lo que pretendes es encontrar un puesto estable y duradero en el tiempo, piensa en un trabajo en que vayas a estar a gusto y te encuentres bien con la labor que haces. De lo contrario, no tardarás en desmotivarte y en pensar que ese lugar no es para ti.

Cuando acudas a una entrevista de trabajo, indaga antes muy bien todas las cuestiones que puedas sobre la compañía que vas a visitar y prepara preguntas para asegurarte de que realmente van a ofrecerte el empleo que deseas en la empresa que te gusta. De lo contrario, si consigues el trabajo, lo más probable es que en poco tiempo vuelvas a retomar la búsqueda.

Hoy, los participantes en el reto de búsqueda de empleo en 30 días deben preparar muy bien las cuestiones más comunes que suelen hacerse durante una entrevista de trabajo; pero no deben dejar de lado todo lo que comentaba antes: indagar sobre la organización y preparar preguntas para asegurarse de que están ante una candidata con la que hacer “planes de futuro” juntos.

La entrevista de trabajo debería entenderse como una cita en la que no sólo debe seducir quien postula al puesto, sino que la empresa debe también demostrar que es el lugar idóneo donde dedicar las horas a dar lo mejor de uno mismo. Busca a esa empresa que te enamore, que te fascine y en la que te gustaría pasar el resto de tus días trabajando.